Guillermina Galván había invertido su tiempo, recursos y amor en la creación de este refugio que albergaba a unas 65 mascotas, entre perros y gatos. Estos indefensos seres habían encontrado un segundo hogar seguro bajo su cuidado dedicado.
Sin embargo, el pasado miércoles 30 de agosto, el horror se desató cuando dos empresas enviaron maquinaria pesada para destruir su hogar y, lo que es aún más devastador, arrebatar la vida de los inocentes animales que ella protegía. La comunidad animalista de la región y más allá se encuentra consternada por esta atrocidad.
Guillermina Galván afirma que los terrenos en los que construyó su santuario fueron adquiridos legalmente, pero la empresa detrás de la demolición sostiene que los terrenos les pertenecían. Lo que siguió fue un acto cruel e insensible, en el que los camiones pasaron por encima de su albergue, dejando a su paso un rastro de destrucción y muerte.
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El relato angustioso de Galván, compartido a través de las redes sociales y los medios mexicanos, revela que 19 perros y 3 gatos perdieron la vida en este terrible suceso. Sus vidas fueron segadas de manera prematura y brutal, causando un dolor inmenso a todos los que valoran y defienden la vida de los animales.
Esta devastadora acción ha despertado la indignación y la solidaridad de la comunidad local y más allá. La búsqueda de justicia y la exigencia de responsabilidad están en marcha mientras se investigan los detalles de este atroz acto de destrucción.