Una investigación realizada por el periodista Carlos Loret de Mola, deja al descubierto una brutal red de corrupción con que el Ejército Mexicano bajo el mando del general Luis Crescencio Sandoval, operó la construcción del Aeropuerto Felipe Ángeles, contratos sin licitación y a empresas fantasmas, misma técnica que ha empleado la Cuarta Transformación en los 3 años en el poder, todo al margen de la ley.
El presidente Andrés Manuel López Obrador prepara ascensos de grado para los militares responsables de la obra.
Entre los más destacados está René Trujillo Miranda, quien está a cargo de la obra como director del AIFA. Se espera que el anuncio del ascenso se haga durante el desfile conmemorativo de la Revolución Mexicana.
Trujillo Miranda ascenderá al grado de General de División, el más alto dentro del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, con un sueldo base de más de 111 mil pesos mensuales, más prestaciones y bonos.
Los contratos de la Sedena con empresas fantasma
La noche del jueves 18 de noviembre, Carlos Loret de Mola presentó una investigación de la periodista Isabella González en la que se exhibe la contratación de empresas fantasma, por parte de la Sedena, para la adquisición de materiales y servicios en la construcción del aeropuerto de la zona militar de Santa Lucía.
Latinus indica que de los 966 contratos que la Sedena ha firmado con empresas y personas físicas, el 70% se otorgaron de manera directa. Es decir, no hubo una licitación pública no transparencia en los métodos por los que se eligieron a los proveedores.
Del otro 30% restante, se explica en la investigación que solamente la Sedena permitió licitaciones en las que participaron tres personas.
Además, se entregaron contratos millonarios con empresas fantasma que no cuentan ni con un domicilio físico real, trabajadores o antecedentes de tener experiencia en temas de construcción o aeronáutica.
Por ejemplo, la empresa Eficarem recibió 5 millones de pesos del Ejército para alquilar tractocamiones en la construcción del AIFA, pero el único antecedente que tiene es un contrato para la renta de juegos inflables para un municipio en Puebla, hace tres años.
También, el reportaje dio a conocer que el ejército ha pagado casi 80 millones de pesos a una pequeña tlapalería en la Ciudad de México por la supuesta compra de más de medio millón de piezas de plomería para el nuevo aeropuerto.